
Quiero aclarar que las imágenes que aquí presento no son, por ningún motivo, con miras a la falta de respeto, sino, por el contrario, las preparé con toda la admiración y cariño que la clase de María Antonia provoco en mí.
He de confesar que el curso de estética ha sido de los que más he disfrutado a lo largo de los dos años que llevo en la carrera de filosofía. Y también es uno de los cursos en los que creo he aprendido mucho, al grado de que en él he marcado mayor dirección y sentido a mi formación filosófica.

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